1.1 El concepto de Alicia
En este recorrido me apropio de un aspecto de esta emblemática aventurera en un “país que tenía su puerta de entrada en una madriguera”[1], contradictoria por su inocencia ambigua, casi balthusiana. Invoco a la chica que “crece y se encoje, se ridiculiza”[2]. En palabras de Graciela Montes, Alicia en el País de las Maravillas es un texto que explora “la angustia de no crecer y de crecer demasiado, el miedo a las modificaciones del cuerpo, el temor a los adultos, la dificultad para comunicarse con ellos, el terror a perder la identidad”[3].
1.2 Alicia en mi trabajo
La historia que se está contando en mi trabajo —incluso como una ausencia— es la de la chica que se enfrenta al enorme peso de los mandatos inculcados desde la cuna, de aquello esperado para una mujer en la vida.
Ella se debate entre las ilusiones, que construyó con esa información, y la realidad, que en un mundo fragmentado y cambiante le impone sus reglas, tiempos, coordenadas, desafíos, tentaciones y vértigo.
Pero la realidad no le da la información para de-construir y adaptar esa ilusión infantil. Yo la convoco para que su costado temerario ayude a descifrar el acertijo al que la enfrento, una búsqueda de conciliación que nos permita superar estigmas y descubrir —y aceptar— el deseo.